..... Y millones de veces me he engañado pensando que nunca nada de lo que se pudiera decir de mi me doleria si tú estabas a mi lado, que podría guantar todo lo que tubiese que aguantar solo por que estabas tú. Y de repente descubrí que si que duele y toda mi precaria estructura de superviviencia se desmoronó. Y aprendí que yo siempre seré la mala, la puta y la segunda de todo y para todos, y no deseo hacerle a ellos los culpables, obviamente por mucho que nos quieran, por mucho que él me quiera, yo nunca seré nada al lado de la sacrosanta esposa y madre que además cuida de los hijos y cuenta con el explícito apoyo de la familia cuando yo no cuento conel apoyo de nadie y me siento sola en todo esto.
Y hace poco se han encargado que me quede bien claro que en este mundo en el que me ha tocado vivir existen dos tipos de mujeres: las de la clase A y las de la clase B. Las primeras tienen todo los derechos y todo el respeto, las segundas no tenemos ninguno. Así, las que han tenído suerte de pertenecer al primero serán compadecidas, admiradas y se les dará siempre la razón. Las que estamos en el segundo seremos siempre el centro de una polémica constante. Medio mundo nos odiará, nos crucificará por la menor de nuestras acciones y nos convertirán en el objetivo de sus temores, sus odios y sus desprecios. Me lo han dejado muy claro.
Las de la clase B siempre seremos las fáciles, las zorras, las putas, las robamaridos, las que entramos y salimos cuando y por donde nos da la gana...Las que no llevamos una alianza con una fecha por dentro y las destrozahogares.
Lo mas triste de todo es, que al menos yo, nunca he querido sentir nada de esto, yo quería, como todas, pertenecer al bando de las protegidas.
Y llegan a lograr que te sientas avergonzada de amar y cuidar de alguien sabiendo que jamás vas a recibir nada a cambio. No soy feliz sabiendo que jamás mereceré el mas mínimo respeto. No soy feliz sabiendo que tengo que vivir en una cultura en la que tengo que asumir que existe una disociación entre lo que una de verdad desea y lo que debe desear, entre lo que él dice que ama y lo que él dice ser lo correcto, el eterno quiero pero no debo. No soy feliz cuando las condenadas somos las de sentimientos mas puros, no soy feliz cuando nadie me explica las reglas que me puedan orientar en matrimonios que mas que matrimonios son juegos de poder. ¿ Como quieren que entienda que una mujer pueda odiarme e insultarme por darle a una persona todo el amor y compañia que ella ya no quiere darle?. Pues por que todo al final es resultado de la misma trampa: la virgen contra la puta. Y ya se sabe que no existe el negro sin el blanco.
Pero duele, duele profundamente tenerlo así de claro.